martes, marzo 20, 2007

Don Emilio Aquiles Marticorena Pimentel

A mi siempre querido y estimado José Marticorena :
Los que hemos tenido la pérdida de un ser querido sabemos cuán grande es el dolor que debes estar sintiendo.
Don Emilio Aquiles Marticorena Pimentel no sólo fue un médico de las más excelentes cualidades, tantopersonales como profesionales. Don Emilio ( así lollamamos quienes tuvimos la suerte de tener un lazo deamistad mayor ), fue creador e innovador de muchascosas que la ciencia médica utilizó y sigue utilizandoen Cardiología. Sus estudios y su visión de hacer unamedicina diferente partiendo desde nuestra realidadhan significado que por mucho tiempo la rehabilitació ncardiaca primaria haya llevado como baluarte nuestragloriosa bandera peruana. Sin embargo, hay muchascosas que dan aún más grandeza a estos aportes importantísimos para la medicina.
Don Emilio formó parte de ese gran grupo que defendióa la Facultad de San Fernando en aquella época difícilde los años 60 en que sucedió la huida de gente que,definitivamente no estaba identificada con nuestrafacultad. Debemos agradecer que mucha gentevaliosísima se quedó en nuestra facultad ( dos grandes: El Dr. Lanfranco y la Dra. Quiñones ). Esa es la gente que nos formó como médicos que somos ahora,identificados con la realidad nacional y con la base moral suficiente para hacer que la medicina seasiempre ejercida con honor, decoro y con sensibilidadsocial, sin dejar de lado la capacidad intelectual yde gerencia en salud que caracteriza a lossanfernandinos.
Don Emilio fue y será siempre ese maestro y amigo alcual nuestros agradecimientos serán eternos, porque lasemilla dejada por él ha crecido y en nuestrosdiscípulos estamos dejando ese mismo legado que partiócomo compromiso eterno para el médico peruano con laincomparable obra dejada por Carrión : " Aún no hemuerto amigo mío... ahora les toca a uds. terminar laobra ya comenzada, siguiendo el camino que les hetrazado ". Mas, también es necesario señalar que DonEmilio fue un gran hombre, al igual que todos losmédicos de formación sanfernandina. Fue un hombre muyluchador, con la sensibilidad social propia de unperuano que ama su país, así como un padre ejemplarque llevó de la mano a su famlia entera a cultivar esaescala de valores característica que poseía él y quenos sentimos honrados en compartir. El fiel reflejo delo que debe ser el médico peruano está en Don Emilio,eterno maestro.
José, tú sabes cuánto quisimos a tu padre y cuánto loadmiramos siempre, desde todo punto de vista. Hace 8 meses lo vi en nuestro barrio de San Borja, y pudeescuchar sus últimas ideas acerca de los estudios sobre receptores farmacológicos ultreespecíficos en elmiocardio que estaba haciendo. Tu padre jamás dejó lainvestigación de lado... era un placer para él y, esedeseo por la investigación era tan fresco como cuandorecién empezábamos la carrera y estudiábamos en tucasa, con Lola, Jimmy y Joaquín. Su espíritu era tangrande y en esa mañana ví en él esa misma miradalimpia que lo caracterizaba. Cuán grande siempre fue tu papá.
Hay tanto que recordar... tanto que decir... tantasvivencias en mí que, realmente me dan ganas de soltarlágrimas.. Pero, no... es necesario pensar que tu papáestá en un lugar bueno, en el mejor lugar, junto anuestro Señor, porque ( como dice la canción ) yo creoen muchas cosas que no he visto y uds. también, lo sé.Ten presente que ese lugar se lo ganó y queprobablemente allí siga investigando, siga siendo elgran médico que fue, es y será siempre... Y, desdeallá seguirá protegiendo a toda su familia, una bonitay linda familia, que es tu familia, nuestra familia :Marticorena Díaz.
Un abrazo José, de todos tus amigos que apreciamos elsignificado tuyo, de tu padre y de toda tu familia.
Con mucho cariño,
Juan Liza D.


Jose, sólo decirte que lo siento; y que cuando me enteré de esta noticia, no pude evitar que llegararan a mi memoria los recuerdos del Internado en el Hospital de Chúlec, en La Oroya,sobre todo, aquellas caminatas por los cerros, guiados por tu padre, a quien le encantaba organizarlas, como parte de la terapia de los hipertensos. Siempre lo recordaré con esa vitalidad y energía que nos demostraba entre esas montañas, y que estoy convencida, es la imagen que nos dejó a todos los que tuvimos la suerte de conocerlo y de aprender de sus conocimientos y experiencia.
Un abrazo,
Marlene Corcuera

Estimado Jose:Como algunos compañeros de la promoción tuve la suerte de tener a tu padrecomo profesor en el internado, él nos ha dejado fisicamente pero en nosotrosquedan sus enseñanzas, su afan de aprender y de investigar que nos transmitióese año de internado... lo siento mucho.
Un abrazo
Libia Falcón

1 comentario:

Unknown dijo...

Soy segundo hijo de Cesar Morales Arnao, mi papa fue gran amigo del Dr. Emilio Marticorena y lo apreciaba muchisimo por sus cualidades personales y porque compartian la misma pasion por el montanismo y la investigacion. Papa siempre me contaba con orgullo de como el Dr. Marticorena hacia estudios utilizando las altas altitudes de las montanas para fortalecer el corazon de los pacientes. Era tan sorprenderte ver que un peruano se dedicara a hacer investigacion basica, de la misma manera que mi papa hace investigacion sobre sus montanas. Tuve la ocasion de verlo personalmete varias veces cuando venia de visita a casa, recuerdo su gentileza de atenderme una vez viniendo personalmente a nuestra casa en Salamanca cuando me senti un poco enfermo. Gran doctor. Hace unos meses llame por fono a papa y el me conto con dolor del triste accidente. Nunca escuche a papa tan dolido por la muerte de un amigo, como una perdid0 a muy personal. Papa ya tiene mas de 80 anos asi que ha perdido muchos amigos, pero claramente senti su congoja e impotencia por esa perdida. Estoy seguro que el quisiera escribir estas lineas y mas, asi que permitame extenderle nuestras condolencias en nombre de mi familia y mia propia como un ex paciente y amigo.
Sinceramente

Larry Morales-Arnao
Los Angeles, California
Julio 2008